Hace un par de días, el Consejo de Informativos de TVE, esa televisión que pagamos todos, denunció un nuevo episodio de censura y manipulación dentro del Telediario de La 1 y del Canal 24 Horas. Esta vez el motivo fue la omisión de los audios que implican al Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en el escándalo de preparar pruebas que incriminen a políticos independentistas catalanes en falsos casos de corrupción. Se armó un buen revuelo, y no es para menos.

El Consejo reclamó la dimisión del director y de los responsables del Servicio de Informativos de TVE. La dirección obviamente negó la mayor, y los trabajadores continuaron ayer sus protestas en la misma redacción de informativos, al grito de «¿Dónde están los audios?». Una protesta que se extendió a la televisión autonómica gallega TVG, donde tampoco se difundieron las grabaciones que comprometen al ministro. Si hay algo urgente a lo que el Gobierno que se forme tras el 26-J debe hincarle el diente es la la regeneración de las televisiones públicas, que no son ni mucho menos un servicio público.