Con la gran cantidad de datos que hay circulando por Internet, no es difícil perderse en la búsqueda de información fiable sobre determinados temas. La infoxicación provoca que, muchas veces, terminemos en páginas diseñadas para atraer tráfico, y nos convirtamos en víctimas del cuñadismo de un puñado de charlatanes. Algo que pasa a menudo con todo lo referente al Audiovisual.

He perdido la cuenta de las páginas repletas de naderías escritas, por lo general, con el único fin de conseguir notoriedad en las redes. Por fortuna, con un poco de paciencia, acabas encontrando un puerto donde los contenidos merecen la pena, y los autores saben de lo que están hablando porque forma parte de su modus vivendi. Uno de esos puertos es el blog de Eva Ferradas Torre-Marín /ayudante de dirección.

La página cuenta con consejos y anécdotas de la profesión, enlaces a escuelas de formación cinematográfica y bolsas de empleo audiovisual, y plantillas de trabajo imprescindibles para cualquier ayudante de dirección. Publica poco, pero publica bien.

Ayudante de dirección, pieza fundamental del engranaje

Me desquicia los nervios cuando me presento en una grabación y al preguntar por el ayudante de dirección, el personal me mira estupefacto o bien es un rol que le han encargado a alguien sin experiencia y sin nadie que lo supervise. En serio que sucede.

Por ello insisto hasta la saciedad en clase con mis alumnos sobre la importancia de este miembro del equipo. Es un curro, y a poco que adquieres experiencia en rodajes, te haces consciente de la tarea tan encomiable que realiza un buen ayudante de dirección.

En el blog del que hablo en este artículo se facilitan demos de partes de trabajo muy útiles para el trabajo del ayudante de dirección. Permiten identificar los fallos, que puedes corregir antes de que se enquisten y generen malos rollos durante el rodaje. Recopilan todos los datos necesarios que afectan a la contabilidad de la película y, sobre todo, permiten entender de un vistazo porqué algo no ha salido como esperábamos, y eso es esencial para no repetir errores. Algo que, por experiencia propia, os digo que afecta notablemente al estado anímico del equipo.